Patología sensorial

5 Min de lectura
Los déficits sensoriales en el paciente geriátrico, como los que afectan a la visión y a la audición, son muy frecuentes y su prevalencia aumenta al aumentar la edad del paciente. Sus alteraciones tienen una importante repercusión en la relación entre el paciente y su entorno.
Logo de canalSALUD
Montse Queralt
Especialista en Medicina de Familia y Geriatría de MAPFRE

Blog Salud MAPFRE es un blog referente en el mundo de la medicina gracias a que todos sus contenidos están escritos por médicos especializados.
Los años de experiencia de MAPFRE en el sector nos avalan como fuente de información veraz y práctica, ayudándote en tus cuestiones sobre la salud del cuerpo y la mente.

Los déficits sensoriales en el paciente geriátrico, como los que afectan a la visión y a la audición, son muy frecuentes y su prevalencia aumenta al aumentar la edad del paciente. Sus alteraciones tienen una importante repercusión en la relación entre el paciente y su entorno.

 

Salud Mayores. Medicina preventiva para mayores. Prevención patología sensorialA menudo esta repercusión sobre la calidad de vida de la persona anciana no se valora en su justa medida, ya sea por los familiares del paciente como por algunos profesionales de la salud. Estos déficits son, en muchas ocasiones, considerados erróneamente como procesos fisiológicos que se producen en el entorno normal del proceso de envejecimiento, por lo que en ocasiones no se les da la importancia que merecen. Hay que considerar que la disminución de la función visual o de la función auditiva no son procesos intrínsecos del envejecimiento, y merecen ser prevenidos y tratados de igual modo que muchas otras patologías en las personas ancianas.

Las complicaciones de los déficits sensoriales son:

  • aislamiento social
  • depresión
  • caídas, con su cortejo de complicaciones: fracturas, dependencia, aislamiento, etc.

Por todo ello, es fundamental para el mantenimiento de la calidad de vida de los ancianos la detección, tratamiento y prevención de los déficits sensoriales.

 

Además de la pérdida fisiológica por la edad, existen patologías que contribuyen grandemente a las disfunciones sensoriales; problemas como la diabetes mellitus, la hipertensión arterial o las enfermedades propias de los órganos de los sentidos (glaucoma, degeneración macular, etc.) van a afectar de forma decisiva al funcionamiento de estos sistemas.

 

Por ello, se deduce que la prevención de los déficits sensoriales en las personas ancianas es esencial para mantener en lo posible una mejor calidad de vida de los individuos de esta franja de edad.

 

La vista

Las guías de recomendaciones de salud en las personas mayores aconsejan que al menos una vez al año la persona mayor se someta a una revisión ocular para detectar las causas más frecuentes y con tratamiento específico de ceguera. Los problemas de visión más frecuentes en las personas mayores son:

 

  • Presbicia: Comúnmente conocido como «vista cansada», es una consecuencia del envejecimiento del ojo y la pérdida de elasticidad del cristalino. Es algo casi inevitable, empieza a manifestarse entre los 40 y los 45 años y, aunque puede ser corregido, no tiene cura. Pero sí se puede mitigar su efecto mediante el uso de las correspondientes gafas con lentes convergentes graduadas según el déficit de visión.
  • Cataratas: Están provocadas por la progresiva pérdida de transparencia del cristalino y conllevan una disminución creciente de la agudeza visual. En su estado inicial se pueden manifestar por sensación de deslumbramiento, disminución de la sensibilidad a los contrastes y dificultades para percibir el relieve y los colores. Las posibilidades de tener cataratas aumentan con la edad avanzada, la diabetes, ciertas infecciones o traumatismos oculares y la tendencia genética. Por fortuna, con un diagnóstico correcto las cataratas tienen buen tratamiento, que es fundamentalmente quirúrgico.
  • Glaucoma: Es un aumento de la presión intraocular, por falta de drenaje del humor acuoso, que produce lesiones en el nervio óptico con problemas en la visión y, si no se corrige a tiempo, ceguera. El aumento de la presión intraocular ocurre cuando el humor acuoso no fluye correctamente hacia afuera y hacia adentro del ojo. Esta obstrucción produce un aumento de este líquido en el interior del ojo con aumento de la presión intraocular y sobre el nervio óptico. Se presenta como visión de moscas volantes o centelleantes, pérdida de visión lateral o periférica, dolor en los ojos, cefalea, visión borrosa, visión de halos tipo arco iris, nauseas y vómitos e incluso ceguera. Es aconsejable comprobarse la tensión ocular cada 1 o 2 años en mayores de 50 años porque se puede llegar al punto en el que sea irreversible. El tratamiento médico es muy efectivo y para casos difíciles se puede intervenir quirúrgicamente.
  • Degeneración macular: Se trata de un deterioro progresivo e irreversible de la retina, en especial del área de la mácula, la zona más importante para la función retiniana. No se conoce su causa de forma cierta; se habla de influencias genéticas, pero también de déficits crónicos de vitaminas A y del grupo B, así como exposición excesiva a rayos UVA-UVB. No existen medidas preventivas claras, pero es posible la detección precoz mediante revisiones periódicas y en cuanto se detecten alteraciones como manchas negras en el campo visual o deformidades en la imagen.
  • Retinopatía diabética: Es una de las principales causas de ceguera en el mundo occidental. Se trata de la afectación de la función retiniana por la alteración de la microcirculación en un paciente diabético. La mejor prevención de la retinopatía diabética es, en primer lugar, la prevención de la aparición de diabetes, y en segundo lugar, el mantener un buen control metabólico una vez ya se haya presentado la diabetes.

El oído

Cerca de un cuarta parte de las personas de 65 a 74 años y hasta la mitad de los mayores de 75 años sufren presbiacusia, una disminución auditiva lo suficientemente importante como para interferir con su actividad social debida al propio proceso de envejecimiento caracterizada por una otosclerosis. Si no se le pone remedio con rapidez, la sordera acaba convirtiéndose en un obstáculo que aísla socialmente, favorece la depresión y los trastornos de comportamiento y empeora la dependencia.

 

Es de esencial importancia que ante cualquier problema de audición se acuda al médico especialista, el otorrinolaringólogo, para un estudio y una valoración de las causas que motivan la pérdida de audición. Según la causa, así será el tratamiento, pero nunca debe de ser el de la resignación y el de la creencia errónea de que es algo «natural» con la edad. Además, la tecnología actual pone a nuestra disposición los mejores avances en prótesis auditivas, audífonos que pasan totalmente inadvertidos y que se adaptan al nivel de audición de cada persona.

Publicado por Montse Queralt
- 3 Nov, 2021
Calcula tu seguro ahora

Deja tu comentario

Comentarios (0)

Te puede interesar

Hombre adulto pensativo

3 Min de lectura

Una de las grandes preocupaciones de las personas ancianas y...

SEGUROS DE SALUD

En MAPFRE, cuidamos de ti y de los tuyos

Cuadro Médico MAPFRE

Suscríbete a nuestro boletín

0