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¿Cómo elegir guardería?

Madre se despide de su bebé en la puerta de la guardería
5 Min de lectura
Las necesidades de la sociedad actual han hecho aumentar la demanda de servicios para el cuidado de los niños y con ello las dudas sobre cómo afrontarlo
Doctora Esther Martinez
Dra. Esther Martínez
Nº Colegiado 080837747 | Licenciada en Medicina y Cirugía. Especialista en Pediatría con Formación en Alergología de MAPFRE | Web

Pediatra, experta en acupuntura y nutrición oncológica. Actualmente lidera la Unidad de Oncología Pediátrica Integrativa del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona. Ha sido pionera en España desarrollando la acupuntura infantil como un procedimiento médico complementario, seguro e indoloro. Compagina su trabajo con la docencia.

La función de las guarderías no se reduce solo a atender las necesidades básicas de los niños (comer, higiene, sueño o juego) sino que también ha de vincular otras necesidades de igual importancia: educativas, afectivas, sociales y psicológicas. Todo esto se debe dar en un marco y un espacio adecuado y con unos profesionales preparados. Un conjunto de detalles que permitan el desarrollo integral del niño.

Las guarderías acogen a niños de 4 meses hasta los 3 años de edad, no forman parte de la escolarización obligatoria y son el paso previo a la educación infantil en las escuelas.

¿Casa o guardería?

La guardería debería ser una experiencia maravillosa para el niño y positiva para su desarrollo intelectual y social.

La edad más recomendable para empezar la guardería seria entre los 18 y 24 meses. Los niños mayores de 18 meses son más autónomos, andan solitos, se expresan verbalmente y disfrutan con el contacto con otros niños de su misma edad.

En muchas ocasiones las necesidades laborales de los padres adelantan el inicio de la guardería. No es nada malo empezarla cuando el niño es más pequeñito y los padres no deberían culpabilizarse por ello. Simplemente hay que hacer una buena elección y escoger un jardín de infancia que reúna todos los requisitos para que el niño se sienta a gusto.

Los niños que van a la guardería pueden verse favorecidos por un mayor desarrollo del lenguaje, una mayor autonomía y una mayor socialización, cosa que les puede ayudar cuando inicien la escolarización a los tres años.

Elección de la guardería

Es de suma importancia que la guardería inspire confianza en los padres para que confíen a sus hijos con la mayor tranquilidad. La tranquilidad de los padres se transmite al niño. Antes de realizar la elección deben visitarse las guarderías cercanas (al domicilio, lugar de trabajo…), hablar con el equipo directivo, conocer las instalaciones y a los educadores, los horarios, el método educativo y las actividades que ofrece.

Es importante saber que en nuestro país existe una normativa específica en temas de seguridad e higiene que deben cumplir. Se debe conocer el número de niños que atiende cada profesional y si hay refuerzos a la hora de comer o de la siesta.

Es conveniente que el jardín de infancia tenga unas salas amplias, donde los niños no estén hacinados y puedan moverse y jugar holgadamente. Debe ser un lugar bien ventilado, iluminado con luz natural y con muchos estímulos para los bebés: juegos, dibujos decorativos, juguetes. Debe ser, en resumen un lugar agradable, tranquilo y adecuado para los más pequeños. Es interesante que posea un patio donde los niños puedan salir a jugar.

El hecho de tener cocina propia es muy positivo ya que los alimentos pueden ser cocinados al momento y adecuarlos en función de las necesidades de los niños.

Debe haber un horario que se adecue a las necesidades laborales de los padres y el centro debe tener una planificación de los que se va hacer con los bebés durante la jornada: desayuno, actividades, psicomotricidad, comida, siesta, juego y merienda, por ejemplo.

La relación de la guardería con la familia debe ser fluida y se debe informar diariamente de todo lo acontecido: cómo ha comido el niño, qué estado de ánimo tenía, si ha habido algún problema… El jardín de infancia debe dejar entrar a los padres a las instalaciones al dejar al niño y al irlo a recoger; debe haber una relación transparente con los padres.

Es interesante saber si en el centro colaboran algún Pediatra o psicólogo que supervise el desarrollo de los pequeños y pueda alertar a los educadores y familiares sobre cualquier problema en el desarrollo emocional del niño.

Para algunos padres pueden ser un puntos muy positivos para la elección de la guardería, que se siga algún método educativo o de estimulación concreto: Montessori, Glenn Doman… o bien que se hagan actividades extras como inglés, francés, piscina, música o psicomotricidad.

El primer día

Lo más conveniente es una entrada progresiva, de unas pocas horas (2 ó 3) los primeros días e ir aumentando hasta completar la jornada en unas dos semanas. Deberían ser los padres los que participen en el proceso de adaptación del niño a la guardería y favoreciendo el vínculo de confianza con los educadores.

Aquí se enumeran algunos de los puntos más importantes para que el inicio de la guardería sea todo un éxito:

  • Es fundamental que los padres estén convencidos de la decisión y transmitan tranquilidad al niño. Se debe transmitir el entusiasmo y la confianza para favorecer el proceso de adaptación.
  • Antes de empezar la guardería es muy positivo que el niño se empiece a acostumbrar a separarse de sus padres sin ansiedad, de manera que sepa que los padres van a volver y que no tenga sensación de abandono. Es bueno que estas pequeñas separaciones previas a la guardería sean con familiares de confianza que el niño conozca y con los que se sienta a gusto.
  • El momento de la despedida es el más duro para los padres y para el niño; la despedida debe ser breve y cariñosa, nunca irse sin que el niño se dé cuenta, porque lo puede percibir como un abandono. En algunos centros se deja a los padres estar con el niño un rato en las instalaciones con los maestros durante los primeros días.
  • Es normal que los primeros días el niño llore o tenga rabietas. No hay que abandonar, hay que entender que es una situación nueva para él y darle tiempo.

El día a día

Lo más habitual es que el niño que empieza la guardería también empiece con todas las “itis”: otitis, amigdalitis, bronquitis… Esto no debe alarmar en exceso a los padres ya que forma parte de la maduración del sistema inmunológico.

Esta es una fase dura para los padres, porque su percepción es que el niño está siempre enfermo. Pero es una etapa que no suele durar más de un año y que hace al niño más fuerte inmunológicamente para enfrentarse a las infecciones.

Es muy recomendable vacunar al niño según aconseja el Comité de Vacunas de la Sociedad Española de Pediatría.

El Seguro de Salud de MAPFRE incluye un Servicio de Orientación Pediátrica 24 horas. Especialistas en salud infantil atenderán cualquier consulta sobre dudas o problemas de salud que afectan a los bebés y a los niños ( información sobre síntomas, vacunas, medicamentos). Ademas con el servicio «YO ME OCUPO» de Club MAPFRE nos ocuparemos de buscarte la mejor guardería para tu hijo.

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Publicado por Dra. Esther Martínez
- 2 Nov, 2021
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