Revisar de forma periódica los distintos elementos de un coche es fundamental para evitar su deterioro y reducir el número de averías. Además, un vehículo en buen estado también influye en la prevención de los accidentes de tráfico.
No obstante, aunque se realice un mantenimiento frecuente de los frenos, el motor, el parabrisas o las luces, algunas averías del coche aparecen por circular a través de carreteras en mal estado. Cuando el firme de la vía presenta una gran cantidad de desperfectos, se produce un grave perjuicio en el estado de los vehículos, originando en algunos casos daños importantes que deben ser reparados en un taller.
En estos casos, la responsabilidad en cuanto a la seguridad al volante no recae únicamente en el conductor, sino que asimismo entran en juego las condiciones de la infraestructura. Según un estudio realizado por la Asociación Española de la Carretera, el estado general de las carreteras españolas es deficiente, sobre todo por las condiciones del suelo, a lo que hay que sumar en algunas ocasiones, la deficiencia en la señalización e iluminación.
Principales averías del coche por un firme deteriorado
Las carreteras en mal estado suponen un peligro para la seguridad vial y al mismo tiempo generan una serie de averías en el vehículo, ocasionando así su desgaste prematuro. Por norma general, los elementos del coche que más sufren los socavones, baches y grietas de la vía son los que están en contacto directo con el asfalto, aunque los daños también se pueden trasladar a otras partes.
- Neumáticos: estos componentes constituyen el punto de contacto del coche con el firme, por lo que en caso de atravesar un tramo en mal estado, son los primeros que sufren las consecuencias. En el caso de que siempre se circule por carreteras estropeadas, finalmente las ruedas se desgastan antes de lo habitual y se pierde agarre.
- Suspensión: al igual que los neumáticos, esta parte del coche también se avería con demasiada frecuencia cuando el firme de la carretera no se encuentra en buenas condiciones. La suspensión se encarga de absorber los obstáculos de la vía y aportar confort en los desplazamientos, pero al mismo tiempo también influye en la distancia de frenado.
- Dirección: el sistema que se encarga de guiar el vehículo sufre por el deterioro del pavimento. Cuando un coche atraviesa multitud de socavones o badenes, el impacto en las ruedas origina una pérdida de la trayectoria de la dirección.
- Transmisión: al igual que sucede en los casos anteriores, si un vehículo circula de forma continuada por una carretera con el pavimento dañado, la transmisión puede verse afectada. Los baches y otros desperfectos provocan un destrozo en el sistema que traslada la energía a las ruedas.
- Averías en otras partes del coche: como consecuencia de las vibraciones que experimenta un vehículo al pasar por un firme deteriorado, ciertos elementos se desajustan, como por ejemplo los paneles de las puertas, las juntas del habitáculo interior, etc.
- Parabrisas: si la luna delantera ha sufrido un impacto y no se repara o sustituye de forma inmediata, al circular por una vía con imperfecciones, es probable que el cristal se acabe rompiendo por completo con el peligro que ello implica para el conductor y el resto de ocupantes.