Un recalentamiento del motor, la caída de un rayo, una pequeña chispa, una explosión o un accidente de tráfico, son algunos de los motivos por los que nuestro coche puede convertirse en pasto de las llamas en menos tiempo del que esperamos. En estos casos, conviene disponer de un seguro contra incendio.
Aunque la ley marca que no es obligatorio el uso de extintores en los vehículos particulares, sí es recomendable llevarlo. En caso de que salte la chispa, será una de las mejores soluciones y reducirá a humo lo que podría haberse convertido en un destrozo de difícil solución.
Los seguros a Terceros y los Todo Riesgo suelen incluir la garantía contra incendios. En los seguros de coche, esta cobertura cubre los daños causados en nuestro vehículo por causa de las llamas, a no ser –lógicamente- que el causante de ese incendio hayamos sido nosotros mismos.
Seguro contra incendio y el uso de extintores
Conviene conocer qué límites tienen los seguros contra incendios. Para los vehículos de uso privado de hasta nueve plazas, no es necesario llevar un extintor para beneficiarse de las garantías de la póliza, ya que la ley marca que no es obligatorio en esos casos.
No así en los vehículos de uso público, lo cuales por ley deben contar con un equipo homologado de extinción de incendios. De no llevarlo, perderían la cobertura de su seguro en caso de incendio.
Hay que tener en cuenta que para la mayoría de las aseguradoras, si no hay llama no hay incendio. Mapfre es de las pocas compañías que también cubre la combustión sin llama de los aparatos eléctricos como consecuencia de un cortocircuito.
¿Qué hacer si se incendia nuestro coche?
1. Parar y quitar la llave:
En cuanto detectemos el primer síntoma de fuego en nuestro coche (olor a quemado, humos…) debemos parar lo más rápidamente posible en una zona alejada de vegetación o de áreas en las que sea especialmente peligroso que se desencadene un incendio, y sacar la llave del contacto.
2. Evacuar:
Todos los pasajeros deben bajarse del coche y ponerse a una distancia no inferior a cincuenta metros. Lo peligroso del fuego no son sólo las llamas, sino el humo tóxico y el calor. Cuanto más alejados estemos, menos problemas nos causará.
3. Pide ayuda:
Llama a tu seguro para que te oriente sobre qué hacer en estos casos. Igualmente, deberás llamar a emergencias o a los bomberos.
4. Extingue el fuego:
Sólo si tienes las herramientas y los medios adecuados, podrás tratar de extinguir las llamas. De no ser así, lo más seguro es esperar la llegada de los bomberos.