Circular con un descapotable implica una serie de riesgos, aunque los avances en diseño de los últimos tiempos han contribuido a minimizar los peligros durante la conducción también en este tipo de vehículos. Por ello mismo, las ventas han aumentado en Europa gracias a los nuevos modelos.
Desde el año 2007, las matriculaciones de los coches descapotables experimentaron una bajada drástica a nivel europeo que solo ha conseguido recuperarse a partir de 2016. Esta fecha coincide con la entrada en los concesionarios de nuevos vehículos como los MINI Cabrio o el Mercedes Clase C Cabrio, entre otros que han conseguido alcanzar miles de unidades de ventas.
A pesar del incremento del número de unidades vendidas y de los modelos cada vez más seguros, los descapotables originan una serie de situaciones que no se dan cuando se conduce un coche convencional. Algunas de ellas son simples molestias en el conductor o los pasajeros, aunque otras de estas circunstancias suponen un grave peligro durante los desplazamientos.
Principales riesgos de un coche descapotable
- Es habitual que el paso del tiempo vaya deteriorando poco a poco los vehículos, aunque en el caso de los descapotables, las consecuencias son más notorias en la capota. Pese a que en la actualidad los cierres utilizan mecanismos más sofisticados, el uso continuado desencadena finalmente en que el sellado pierda adherencia y comiencen a producirse filtraciones de agua y suciedad. También existe el riesgo en los coches descapotables de que la capota presente alguna rotura, sobre todo si es de tela, aunque ello dependerá del fabricante y la calidad del modelo.
- Conducir en un coche sin techo puede tener consecuencias negativas en la tapicería debido a la incidencia directa de los rayos de sol durante periodos de tiempo prolongados.
- En caso de sufrir un accidente con vuelco, la protección que ofrece el vehículo se reduce de forma considerable en comparación con otros coches que cuentan con techo duro.
- Los modelos descapotables que disponen de capota de tela son un blanco sumamente fácil para los ladrones. Solo hace falta hacer algunas rajaduras en el techo para acceder a su interior, algo que no sucede cuando la capota es rígida.
- La sensación de libertad y sentir el viento en la cara conlleva necesariamente un contacto directo con la contaminación de las ciudades. Moverse en un vehículo sin techo por una ciudad con altos niveles de polución supone un grave riesgo para la salud de sus ocupantes.
- A nivel físico, otro riesgo de los coches descapotables son las posibles quemaduras o insolaciones que se pueden producir al realizar un trayecto largo sin capota.
- Un gesto tan sencillo como accionar el limpia parabrisas implica una molestia para el conductor y el copiloto, ya que es bastante común que parte del líquido y el agua se cuelen dentro con el movimiento de las escobillas.
- Cuando se atraviesa un túnel en un coche convencional no se percibe nada fuera de lo normal. Sin embargo, en un vehículo descapotable es posible sufrir los efectos de los cambios de temperatura y humedad, así como aspirar en mayor medida los gases que emiten el resto de coches.
- Los hurtos no sólo se pueden producir a través de la capota como comentábamos antes, sino que al parar en un semáforo o en un paso de peatones puede ocurrir que alguien acuda rápidamente a coger un bolso o una mochila que se encuentre en los asientos del descapotable.