Los seguros de vida contemplan una indemnización a los beneficiarios en determinados casos concretos: fallecimiento e invalidez permanente y absoluta. En el primer caso, serán los sujetos designados como beneficiarios en el contrato quienes reciban el capital asegurado en la póliza, que normalmente suelen ser los hijos, cónyuge o padres. En el supuesto de la invalidez, el beneficiario del seguro de vida será la propia persona que lo haya contratado.
En la actualidad, las compañías aseguradoras ofrecen este tipo de seguros con una mayor variedad de garantías, entre las que se incluyen los casos de muerte o invalidez por accidente, así como cáncer, entre otros.
¿Quiénes deberían contratar un seguro de vida?
De forma general, cualquier persona que tenga cargas familiares y personales, y que constituya la principal fuente de ingresos del núcleo familiar, debería contratar un seguro de vida. Dado que nunca podemos prever al 100% los sucesos que nos deparará la vida, es fundamental asegurar el futuro de la familia, sobre todo de los hijos. Por ello, los seguros de vida están perfectamente indicados para aquellas personas que, en caso de fallecer o sufrir una invalidez que le impida trabajar, originarían una pérdida o disminución considerable de los ingresos de la casa.
Además, esta póliza también aporta protección cuando una persona tiene contraídas ciertas obligaciones, como puede ser una hipoteca. En este caso, si el asegurado muere, el banco sería el beneficiario del capital asegurado en la póliza y de esta manera, la carga económica no recaería en el resto de miembros de la familia.
Sin embargo, existen determinados grupos de personas que no pueden contratar un seguro de vida porque está prohibido por ley. Éstos son los menores de 14 años con algunas excepciones, personas incapacitadas o españoles que no residan en nuestro país. Cuando se trata de sujetos que desempeñan un puesto de trabajo con alto riesgo o que sufren una grave enfermedad, las compañías aseguradoras pueden negarse a ampararlos con un seguro de vida.
Aspectos importantes para contratar un seguro de vida
Hay que tener en cuenta que los seguros de vida se contratan de forma voluntaria, pero aunque no sean obligatorios, sí que es recomendable contar con uno como hemos comentado.
Antes de decantarse por una póliza de vida hay que analizar diferentes factores, como por ejemplo el tiempo que será necesario estar asegurado, el capital que puede necesitar su familia en caso de fallecimiento, la edad que tienen sus hijos o personas a su cargo, etc. En cualquier caso, además de valorar todos estos aspectos, conviene saber que en el supuesto de que las necesidades y circunstancias familiares cambien, el seguro de vida se puede modificar. Del mismo modo, también es posible cambiar los beneficiarios de la póliza en cualquier momento.
Es importante revisar las exclusiones que se recogen en el contrato, ya que puede darse el caso de que la aseguradora no cubra los accidentes provocados por determinadas causas.
Por último y respecto al capital que se debe asegurar, dependerá de las necesidades de cada persona, aunque se recomienda asegurar aproximadamente 4 veces los ingresos anuales del asegurado. Será necesario ajustar esta cuantía cuando exista algún préstamo o hipoteca.