La aparición de los vehículos ecológicos ha supuesto una auténtica revolución en el sector de la movilidad. En concreto, merece la pena profundizar en el precio de las motos eléctricas para saber el ahorro que implica realmente este medio en los desplazamientos del día a día. Además de las ventajas en la reducción de la contaminación medioambiental y acústica, son interesantes otros beneficios que atañen de forma directa al bolsillo de los usuarios.
Precios de las motos eléctricas
No obstante, uno de los puntos positivos que compensa el precio de las motos eléctricas es su rápida rentabilización si se utiliza de forma habitual, por ejemplo, para ir al trabajo. Si estimamos que se realizan 500 kilómetros al mes aproximadamente, en ir y volver a la oficina, merece la pena comprar una moto eléctrica porque su precio se compensa con el ahorro en combustible. Con una tarifa ajustada de electricidad, el coste de recorrer dicha distancia equivale a 1,5 euros.
Coste de mantenimiento de una moto eléctrica
Es interesante destacar la mínima inversión que se debe realizar en mantenimiento. Esto se explica porque los modelos ecológicos son mucho más simples desde el punto de vista de su funcionamiento.
El menor número de piezas de las motocicletas sostenibles reduce las probabilidades de sufrir averías y, por lo tanto, supone un ahorro en reparaciones. Del mismo modo, las revisiones periódicas no son tan necesarias debido a la simplicidad de su sistema. Dado que el motor eléctrico funciona sin filtros ni aceites no es preciso cambiar estos elementos que se van desgastando con el número de kilómetros recorridos.
Las averías más significativas de las motos eléctricas suelen ser el cargador y el generador de corriente, cuya sustitución cuesta alrededor de 400 euros. Además, para no comprometer la seguridad durante la conducción es recomendable revisar de forma periódica el estado de los neumáticos y los frenos, pero, sobre todo, contar con un buen seguro de moto eléctrica.
Por otro lado, hay que tener en cuenta la vida útil de las baterías en función del tipo que sean. Las de gel duran aproximadamente 300 ciclos; las de lithium, 1.000 ciclos y las de li-ion, 1.500 ciclos. A partir de ahí, es normal que empiecen a perder autonomía paulatinamente hasta que llegue el momento en que sea necesario realizar el cambio.