¿Qué significa tener cobertura de daños propios en un seguro de coche?
La protección ante daños propios es la principal diferencia entre los seguros a terceros y los seguros a todo riesgo. El objetivo de esta cobertura es protegerte cuando sufres un accidente para que el coste de reparar los daños que sufra tu vehículo no tenga que salir de tu bolsillo, y se aplica incluso si el accidente ha sido culpa tuya. Es decir, si pierdes el control del coche y te estrellas con una farola, aunque no haya otro coche implicado, esta cobertura podría ayudarte.
En MAPFRE te ofrecemos dos opciones de seguros a todo riesgo: con y sin franquicia. La única diferencia es que, en la modalidad con franquicia, tú asumes parte del coste de reparación de los daños, y el resto lo cubre MAPFRE. Si tienes una franquicia de 300 € y sufres un accidente cuya reparación te costará 900 €, a la hora de arreglarlo tú pagarás los primeros 300 €, y el seguro se hará cargo de los 600 € restantes.
¿Qué cubre exactamente el seguro de daños propios?
Los daños propios en los seguros de coche son los daños que se producen a consecuencia de una causa externa, violenta y ajena a tu voluntad, que puede ser desde un accidente de tráfico a un incendio o una explosión, y da igual que el coche esté aparcado, en circulación o en tránsito. En MAPFRE, nuestros seguros se hacen cargo de la reparación, sustitución o indemnización de los daños en función del estado del vehículo.
Por otro lado, debes tener en cuenta que hay una serie de excepciones que debes tener presentes. Por ejemplo, no están cubiertos los daños producidos por el desgaste provocado por el paso del tiempo o las piezas que hayas añadido después de comprarlo y no hayas declarado en tu póliza. Sin embargo, si estarían cubiertos los daños son provocados por fenómenos atmosféricos o por colisiones con animales salvajes como un jabalí.
¿Cómo se calcula la indemnización si el coche queda siniestro total?
Cuando los daños son tan graves que no merece la pena reparar el coche, la aseguradora puede declararlo como pérdida total, y aquí es cuando entra en juego el término valor venal, es decir, el valor que tendría tu coche justo antes del accidente, en función de su antigüedad, el modelo y su estado, o lo que es lo mismo, lo que alguien estaría dispuesto a pagar por él en ese momento si lo vendieras. Es muy importante porque es el valor que se usa habitualmente para calcular la indemnización cuando el coche ya no es nuevo, a no ser que tengas una modalidad de seguro que mejore esa compensación.
- Modalidad básica: si eres el primer propietario y el siniestro ocurre en el primer año desde la matriculación, se te indemniza al 100 % del valor de nuevo del coche. A partir del segundo año, se aplica el valor de mercado del vehículo en ese momento.
- Modalidad mejorada: si eres el primer propietario, el seguro te cubre el 100 % del valor de nuevo durante los dos primeros años, y un 80 % en el tercero. A partir de ahí, también se aplica el valor venal como referencia para la indemnización. Si contratas esta modalidad desde el primer momento, te aseguras una compensación mucho más alta en caso de que el coche sufra una pérdida total, especialmente en los primeros años, cuando el valor venal todavía no refleja la inversión real que realizaste. Es recomendable que te decantes por esta opción si acabas de estrenar vehículo o si has comprado un coche de kilómetro 0, ya que en caso de siniestro total podrías recuperar una cantidad muy cercana, o incluso equivalente, a lo que pagaste. Si solo cuentas con la cobertura básica y no eres el primer propietario del coche, es muy probable que la indemnización solo refleje el valor venal, y eso significa que recibirás menos dinero.
Ten en cuenta que estas condiciones se aplican si tú eres el primer propietario del coche; si lo compraste de segunda mano, ya no se aplican.
¿Cómo funciona el seguro con franquicia en un siniestro?
La franquicia es la cantidad fija que tú asumes en cada siniestro antes de que se active el seguro. Si la reparación de tu coche cuesta menos de esa cifra, que puede ser por ejemplo 600 €, entonces lo pagas todo tú. Si cuesta más, la aseguradora cubrirá el resto. Eso sí, cuando se trata de pérdida total del coche, no se aplica la franquicia, así que no la tendrás que descontar de tu indemnización.
Seguros de coche MAPFRE con daños propios
Los seguros de coche de MAPFRE que incluyen la cobertura de daños propios son los Seguros a Todo Riesgo MAPFRE, tanto con franquicia como sin ella. Puedes contratarlo desde 335 €/año con las coberturas básicas e ir personalizando tu póliza con una serie de extras en función de tus necesidades, como por ejemplo:
- Responsabilidad civil ampliada.
- Responsabilidad civil del tomador y conductor declarado como ciclista.
- Asesoramiento al automovilista y defensa en multas de tráfico.
- Indemnización por inmovilización.
- Subsidio por privación del permiso de conducir.
- Vehículo de sustitución
- Reclamación de daños y defensa jurídica.
¿Merece la pena contratar un seguro con daños propios?
Por supuesto, la última palabra la tienes tú, pero es recomendable elegir este tipo de seguros cuando el coche todavía es nuevo, porque a partir de los tres años comienza a depreciarse y perder valor venal. La indemnización por un siniestro se reduce considerablemente en el quinto año de antigüedad, y puede que a partir de ese momento ya no te compense continuar con un seguro a todo riesgo.
Con los seguros de MAPFRE, puedes personalizar tu póliza para que se ajuste exactamente a lo que necesitas, y además contar con asistencia 24 horas, coche de sustitución y un montón de facilidades para que no pierdas tiempo si algo va mal.