En primer lugar es importante saber qué parte irá destinada a la inversión en mercados y qué parte al plazo fijo. Además, es importante fijarse en las rentabilidades. La del depósito a plazo fijo es la más segura, aunque probablemente la más baja. Esa remuneración dependerá del tiempo en el que deba estar depositado el dinero y la cantidad. Si se supera cierto capital, el interés ofrecido puede aumentar. Por otra parte, entre las claves para contratar un depósito combinado, es imprescindible fijarse a qué irá destinado el resto del dinero. En esta parte la rentabilidad no está asegurada y puede haber pérdidas, pero también más oportunidades para que el retorno sea mayor. La renta fija suele ofrecer retornos más bajos pero más seguridad. Al contrario las inversiones en divisas o renta variable pueden darnos rentabilidades más altas a cambio de un riesgo mayor. El producto también puede ofertar inversiones en fondos mixtos o una selección de fondos, con la ventaja de que el riesgo está más diversificado.
A la hora de invertir en un depósito combinado conviene que tengas previsto cuándo necesitarás el capital y, en caso de emergencia, qué condiciones existen por retiro anticipado. La cancelación antes de plazo puede conllevar penalizaciones en el interés del plazo fijo y cobro de comisiones en la parte invertida en fondos.
Además el cliente puede observar que junto a este producto se ofrecen las ventajas de un seguro de vida y se establece un capital para el beneficiario en caso de que fallezca el titular. No hay que olvidar que entre las claves para contratar un depósito combinado está que se recupera parte de la inversión (la de plazo fijo) a corto medio plazo con una seguridad alta y que el resto se retorna con un potencial de rentabilidad a más largo plazo más alto.