Es bueno garantizarse un retiro cómodo y sin sobresaltos. Pero también es importante el presente, el momento en el que vas a contratar un plan de pensiones y empiezas a realizar tus aportaciones al mismo.
Si contratas alguno de estos instrumentos de ahorro e inversión tendrás ventajas en tus obligaciones ante Hacienda. En el Impuesto de la Renta a las Personas Físicas (IRPF) te puedes deducir de manera directa las aportaciones que hayas realizado a un plan de pensiones hasta un importe de 1.500€ o del 30% de la suma de los rendimientos netos del trabajo y de actividades económicas percibidas en el ejercicio
¿Cuál es la deducción máxima?
El máximo deducible no puede superar el 30% de los rendimientos netos del trabajo y de actividades económicas con un tope absoluto de 1.500 euros. Ten en cuenta que Hacienda computará dentro de ese límite las aportaciones empresariales a un plan de pensiones de empresa así como a otros instrumentos de ahorro como Planes de Previsión Asegurados (PPA).
¿Cómo se realiza la deducción?
La forma de proceder de la Agencia Tributaria es sencilla: las aportaciones se descontarán de la base imponible del impuesto, es decir, la renta que has obtenido el último año susceptible de ser declarada pudiendo así ahorrar fiscalmente.
Ejemplo práctico
Para entender de manera práctica cómo se produce este ahorro fiscal, imaginemos que tu base imponible (resultado de restar al sueldo bruto las aportaciones a la Seguridad Social) es de 40.000 euros y has realizado aportaciones por valor de 1.500 euros. El base liquidable resultante tras aplicar las reducciones por aportación se quedaría en 38.500 euros. Incluso al aplicar el mismo tipo marginal se produciría un ahorro.
Continuando con el ejemplo, con la legislación vigente y sin particularizar en una Comunidad Autónoma concreta para simplificar el cálculo de la cuota tributaria a pagar, en este caso, se pagarían 10.501,50€ si no se realizasen aportaciones.
En cambio, si se aportaran los 1.500€ máximos permitidos a un Plan de Pensiones individual, se tributarían 9.946,50€, que supondrían un ahorro fiscal en el ejercicio de hasta 555€.
En definitiva, la contratación de un plan de pensiones puede ser atractivo ya que aporta réditos no sólo en el momento de la jubilación gracias a las rentabilidades acumuladas en el largo plazo, sino también en el momento de la aportación al reducir la base liquidable sobre la que calcular la cuota tributaria.