Aunque en un primer momento se hablaba de prohibir la venta de perros y gatos en las tiendas de mascotas, el anteproyecto de ley no llegó a término. No obstante, el Gobierno fijó una serie de condiciones para que la tenencia de animales de compañía “se adquieran de una manera responsable y no compulsiva para que los animales no sufran”, con el fin de “comprometer” a los ciudadanos de la tenencia de animales. De esta manera, la ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García-Tejerina, recalcó la intención del Gobierno de regular este sector, según informaciones aportadas por la agencia de noticias Europa Press.
En este sentido, la ministra afirmó que el Gobierno ya está trabajando en este tema con el objetivo de que a los animales de compañía “se les dé el trato y el respeto” que el conjunto de la sociedad desea. El texto sobre el que trabaja el Ejecutivo “pretende promover la tenencia responsable de mascotas, con el fin de reducir el abandono de estos animales que se estima en 120.000 al año”. Y es que, el problema de la superpoblación canina y felina sigue siendo evidente en España, “con miles de abandonos y albergues saturados de animales que sufren esperando a ser adoptados o siendo sacrificados masivamente en las perreras municipales”, critican la Federación de Asociaciones Protectoras de Animales de Madrid (FAPAM) y la Coordinadora Española de Protección Animal (CEPA).
De esta manera, y con las medidas adoptadas por el ministerio, también se pretende abordar cuestiones como los espacios y condiciones adecuadas en los que deben habitar las mascotas o impedir que los cachorros se separen de sus madres. Quienes comercializan perros y gatos no podrían hacerlo mediante la exposición física de los animales y con ello, según estima el anteproyecto, se lograría evitar la separación de los cachorros de sus madres a edades tempranas, ya que, en general, la gente quiere comprar cachorros muy pequeños. La iniciativa impediría alojar a los animales sin las condiciones adecuadas, como en jaulas sin espacio para moverse ni interaccionar con otros animales. De este modo, fuentes ministeriales indican que el objetivo de este punto de la propuesta es “desincentivar la compra compulsiva” de un animal, puesto que al verlo exhibido como “mercancía o un objeto” puede no reflexionarse “lo suficiente” sobre las responsabilidades que se adquiere al comprarlo, lo que a medio o largo plazo propicia al abandono del animal.