Ya hemos hablado en otras ocasiones de lo que implica tener un animal exótico como mascota, como puede ser un gato Savannah. Para ofrecerle los cuidados necesarios es importante conocer acerca de sus características y comportamiento, así como los puntos más importantes sobre su salud.
Este tipo de felino llama la atención sobre todo por su asombroso físico. Su apariencia y su mirada recuerdan con bastante frecuencia a un tigre, aunque una de sus principales peculiaridades es su altura, llegando incluso a ostentar el récord Guinnes del mundo al gato más alto. Esta raza puede medir entre 50 y 60 centímetros en el caso de ser un tamaño medio.
Además de ser un gato más grande de lo habitual, con un cuerpo delgado y estilizado, también cabe destacar su pelaje manchado con trazas en color negro, muy similar al de los leopardos. Asimismo, las patas largas y las orejas de gran tamaño en forma puntiaguda son uno de sus sellos característicos, sin olvidar los ojos grandes y con mirada profunda que se completan con un lagrimal negro.
Los gatos Savannah suelen vivir entre 10 y 20 años aproximadamente. Como es obvio, a medida que van creciendo, su peso aumenta, pero éste dependerá del porcentaje de raza Serval Africano que albergue en su composición.
¿Cómo es el comportamiento del gato Savannah?
Como consecuencia del cruce de distintas razas, el gato Savannah tiene una personalidad única. En esta especie se combina el carácter vivaz e independiente de los gatos salvajes junto a la delicadeza y la calma de las razas domésticas. Por ello, el resultado es un animal extrovertido, inteligente, curioso, activo y sociable.
En función del lugar donde se encuentre, conviene tener cuidado porque puede llegar a saltar hasta dos metros de distancia gracias a la complexión de su cuerpo y la necesidad instintiva de moverse. Además, para tener un gato Savannah como mascota es conveniente asegurarse de la clasificación en la que se encuadra, según sea más o menos salvaje.
¿Cómo cuidar un gato Savannah?
Para cuidar un gato de este tipo es muy importante atender a las particularidades de su organismo. A pesar de ser un animal grande y fuerte, como consecuencia de haber nacido por el cruce de dos razas, su estado de salud puede presentar algunas deficiencias.
Lo más probable es que su hígado sea más pequeño y, en ciertas ocasiones, pueden presentar resistencia a la anestesia. Por estos motivos, es fundamental prestar atención a los medicamentos que se le suministran. En el caso de las gatas, existe un elevado porcentaje de tener partos prematuros cuando están preñadas.
Teniendo en cuenta esto, no sólo es necesario procurar los mismos cuidados que a un gato normal, sino que es recomendable acudir al veterinario para que establezca unas pautas de mantenimiento adaptadas. Por lo demás, no hay que olvidar cepillar su pelo cada cierto tiempo para eliminar el cabello muerto, ofrecer una alimentación equilibrada, poner todas las vacunas correspondientes y habilitar un espacio lo suficientemente amplio para que pueda correr y jugar.