Nueva Zelanda es el segundo país más grande de Oceanía (por detrás de Australia) y es un lugar famoso por su belleza natural, sus costumbres y su exótica fauna. Sin embargo, hay muchas más actividades que merece la pena realizar si se decide viajar a Nueza Zelanda. Te presentamos las más interesantes:
– Ver un partido de rugby en directo. Pese a no sobrepasar los cinco millones de habitantes, el equipo de rugby de Nueva Zelanda es el más famoso y reconocido del mundo, gracias a ganar tres veces el mundial de este deporte. Reciben el sobrenombre de los All blacks por ir totalmente vestidos de negro y son legendarios por realizar una danza intimidatoria llamada Haka antes de los encuentros. Por lo tanto, si te gusta el rugby y quieres vivir a pie de campo un partido de la máxima calidad, Nueva Zelanda es tu destino.
– Visitar Wellington. La capital del país es mucho más allá de una simple ciudad administrativa. Es famosa por sus eventos de ocio, especialmente por Beervana, el festival de la cerveza artesana. Su tamaño la hace ideal para recorrerla caminando. Destaca el Te Papa y la zona alrededor de las calles de Cuba y del Waterfront. La única pega es el viento que hace en el lugar, no en vano es considerada una de las ciudades más ventosas de todo el mundo.
– Trekking por Tongariro Alpine Crossing. Podríamos describirte minuciosamente por qué esta zona volcánica es un lugar ideal para pasear y visitar, pero quizás la mejor manera de que te hagas una idea de su apariencia es recordarte que es el lugar real donde se sitúa Mordor en la famosa tribología de El señor de los anillos. Cráteres volcánicos, fumarolas y lagos con sulfuro son alguna de las señas de identidad de este paraje.
– Visitar La Comarca. No nos salimos de El señor de los anillos, dirigida, por cierto, por el neozelandés Peter Jackson. El hogar de Frodo y Bilbo Bolsón es real y se encuentra en Nueva Zelanda. Cuenta con 42 casas/agujeros de hobbit y mantiene la apariencia intacta a cómo se vio en los films.
– Cuevas iluminadas. En Waitomo se encuentran unas cuevas muy particulares. Situadas en el interior de la montaña, su característica más significativa es que están iluminadas de manera natural por miles de pequeños puntos que semejan a las estrellas. El secreto está en unos gusanos llamados glowworms, que desprenden, al igual que las luciérnagas, luz de manera propia.
– Descubrir la cultura maorí. Los maorís son la cultura aborigen de la isla. Actualmente representan el 14% de la sociedad y son muy respetados. Sus tradiciones impregnan la identidad de las islas y las hacen únicas. Como rasgos identificativos destacan sus danzas, su gastronomía (con el Hángi a la cabeza) y su peculiar saludo frotándose las narices. Sus tatuajes y su cuidado por la naturaleza también son famosos en todo el globo terráqueo.
– Termas. Al estar surcada por volcanes, Nueva Zelanda presenta una alta actividad tectónica, lo que genera que el calor subterráneo emane a veces en forma de agua caliente. Las zonas más interesantes son Wai-O-Tapu (con sus increíbles géiseres y piscinas de barro), Whakarewarewa (que pese a ser un nombre difícil de pronunciar tiene algunas de las termas más reconocidas) y Waimangu (que en maorí significa agua negra, y como pues imaginar son termas con un color predominantemente oscuro).
– Disfrutar de sus playas. Nueva Zelanda también posee alguna de las playas más espectaculares que puedas encontrar. Muriwai es la favorita para los amantes del surf, pero también atrae a los turistas por su arena negra y sus extrañas formaciones rocosas. Unas enigmáticas rocas esféricas son la seña de identidad de Koekohe, otra de las zonas costeras más visitadas.
Hay muchos motivos para viajar a Nueva Zelanda. Elige el tuyo y prepara la maleta. Un último consejo es que incluyas la contratación de un Seguro de Viaje MAPFRE, para estar cubierto ante adversidades y poder disfrutar de tu viaje plenamente.