Hemos elegido ya nuestro próximo coche. Es espacioso, tiene un buen maletero, nos viene como anillo al dedo para llevarlo al trabajo. Hemos elegido sus extras, comparado varias ofertas por Internet y visitado algunos concesionarios para pedir una prueba de conducción y de paso evaluar su servicio, para hacernos una idea de su disponibilidad y atención postventa.
Y siempre nos ha gustado ese color. ¡No puede haber otro! Porque es nuestro favorito, el que mejor queda con el modelo elegido o porque es diametralmente opuesto a otro que odiamos. En cualquier caso, porque nos gusta y punto.
¿Sabes que esa elección puede costarte dinero?
Existe una creencia de que los seguros calculan la prima en función del riesgo del modelo del coche en todos sus aspectos, incluido el color. Esto no pasa de ser una leyenda urbana.
Las aseguradoras tienen en cuenta la potencia del coche, tu experiencia de conducción y las estadísticas que tienen que ver con tu edad, tu situación geográfica…pero no influye el color en el cálculo de la prima del seguro.
Es decir, elegir un color en lugar de otro no va a hacer tu seguro de coche más barato. Pero si lo que necesitas es ahorrar un poco de dinero, puedes elegir un color muy básico. Si por el contrario te decantas por color especial de lanzamiento, que solo salga para un modelo concreto, como un metalizado o un acabado exclusivo, por ejemplo un mate, saldrá más caro el mantenimiento y conllevará más cuidados.
Sin ir más lejos, algunos tonos son incompatibles con los rodillos de un túnel de lavado.
Otro detalle a tener en cuenta es que, si eliges un coche negro o de otra tonalidad más oscura, absorberá más el calor y los rayos del sol. Por tanto, le costará más al coche climatizar hacia la temperatura deseada y gastará más energía en el proceso.
No obstante, sí podemos decir algo al respecto sobre los colores de coche más seguros y es que los coches blancos, gris perla y amarillos son menos propensos a sufrir accidentes.
En España, los coches blancos, aunque a muchos les parezca más típico de taxis, siguen siendo los mejores. Por eso, el 28% de los españoles que se compró un coche en 2014, eligió un coche blanco.
Cabe mencionar que los menos seguros son los oscuros, como el marrón y el negro. Mientras que los llamativos, como los rojos, están en una franja intermedia. Curiosamente, son los elegidos por los más jóvenes, quienes tradicionalmente tienen más difícil acceder a seguros económicos por sus estadísticas (de inexperiencia o temeridad) en la conducción, mientras que las gamas oscuras suelen ser las favoritas de los conductores masculinos.
De todas formas, lo que más influye en el precio y en tu propia seguridad es la elección de un buen seguro, ya que no solo es obligatorio en España, sino que puede ahorrarte más de un disgusto, pérdidas de tiempo o desplazamientos absurdos y preocupaciones con las coberturas adecuadas a tu experiencia y forma de conducción, así como tus características o necesidades más personales.
Por eso, antes de comprar un coche, que es la segunda inversión más importante de nuestra vida después de la compra de una vivienda, conviene calcular también el precio del seguro y prever todos los costes del mantenimiento antes de lanzarse. Por no hablar de cómo responderá tu aseguradora ante un siniestro, con todo el estrés que conlleva.