A medida que la tradición cristiana ha ido perdiendo peso en la sociedad, la incineración en los seguros de decesos ha ganado un peso más fuerte.
Otros motivos que explican la mayor preferencia de la cremación frente a la inhumación también están relacionados con la economía. Convertir los restos mortales de alguien en cenizas tiene un coste menor que el entierro en un cementerio, donde los precios de los nichos se han disparado en los últimos años debido a la falta de espacio.
¿En qué consiste la incineración o cremación?
Esta alternativa consiste en quemar el cuerpo en un horno crematorio que utiliza diferentes mecanismos de alta temperatura, vaporización y presión. A través de este proceso, los restos se desintegran hasta convertirse en cenizas.
Entre sus ventajas destacan las siguientes:
- Se trata de un procedimiento muy rápido que no conlleva importantes gastos, por lo que resulta una solución bastante asequible para dar el último adiós a un difunto.
- Este tratamiento del cadáver es totalmente respetuoso con el medio ambiente.
- Las cenizas que resultan de la cremación se depositan en una urna, la cual ocupa un espacio reducido en comparación con un féretro. De esta forma se consigue ahorrar espacio en los cementerios cuando se opta por depositar los restos incinerados en este espacio.
- Esta opción ofrece varias posibilidades que van más allá de su descanso en un camposanto. Las cenizas se pueden entregar a los familiares si deciden guardarlas ellos mismos, esparcirlas en algún sitio especial, utilizarlas como abono para plantar un árbol, etc.
El servicio de incineración en los seguros de decesos
La cremación en los seguros de decesos es una de las múltiples coberturas que incluyen este tipo de pólizas para que la carga de la muerte sea más liviana. Según los servicios contratados, la aseguradora asume la coordinación de todas las gestiones necesarias en dicho momento para que los familiares no tengan que preocuparse de nada.
Dentro del servicio funerario que ofrecen estos seguros, es posible elegir entre incineración o inhumación. En el primer caso, la compañía se encarga de los trámites y gastos precisos para trasladar el cadáver del asegurado desde el lugar donde haya ocurrido la muerte hasta el punto donde vaya a ser incinerado. Una vez realizada la cremación, la urna con las cenizas se entrega a la familia o se deposita según lo que indiquen las personas más allegadas.
Del mismo modo, a través del seguro de decesos también se garantiza la inhumación o incineración de las extremidades amputadas a cualquiera de los asegurados. Tanto esta prestación como la cremación general se prestan incluso cuando el usuario se encuentre en el extranjero, asumiendo igualmente la aseguradora las gestiones para el acondicionamiento sanitario legal de la repatriación.
A la hora de elegir una póliza de decesos es importante fijarse en que las condiciones no establezcan ninguna restricción para optar por un servicio que se adapte a las preferencias y costumbres locales de la zona. Asimismo, debe existir la posibilidad de seleccionar el lugar y el cementerio de España que mejor se adapten a las circunstancias personales y a las de la familia donde se depositarán los restos mortales