Aunque es conveniente reparar el problema lo antes posible, ante la negativa del otro propietario se deben seguir algunos pasos para que todo vuelva a la normalidad de la forma más pacífica posible. Lo primero que se debe hacer es averiguar si realmente la gotera procede del vecino de arriba o del edificio. En muchas ocasiones se tiende a pensar que la responsabilidad es de una vivienda anexa y posteriormente se descubre que procedía de algún elemento común del edificio. En este último caso, la comunidad de propietarios es quien debe responsabilizarse de la reparación.
Una vez que se ha descubierto que la filtración procede de otra casa, se debe tratar el tema con el vecino para que su seguro de hogar arregle la gotera. El propietario tiene que asumir tanto la reparación del elemento donde se localice el origen como los daños que se hayan ocasionado en la casa de la persona afectada.
¿Se puede denunciar al vecino por goteras?
En el supuesto de que esta vía no funcione, se puede pasar a denunciar al vecino por goteras. Al presentar una demanda judicial se inicia un proceso bastante complejo donde será necesario demostrar de forma clara de quién es la responsabilidad del problema. Por ello, lo más recomendable es contratar los servicios de un perito para que elabore un informe sobre los daños ocasionados, el origen de las filtraciones, el modo de reparación y el coste. Este documento puede constituir una prueba irrefutable para ganar el caso.
En muchas ocasiones, no es necesario llegar hasta el momento del juicio, sino que a través de un acto de conciliación entre las dos partes se puede llegar a un acuerdo. Sin embargo, si con la mediación no se consigue solventar la situación, la opción irremediable es defender la postura en una vista. Aunque depende del tipo de proceso y la cuantía del mismo, lo más habitual es que sea necesario asistir con abogado y procurador.
Al iniciar un proceso judicial porque el vecino no quiere arreglar una gotera es conveniente tener la máxima certeza de que la responsabilidad recae en su parte. En caso contrario, es preciso asumir unos costes que en ocasiones son demasiado altos, no solo relativos a la asistencia de letrado, sino todas las costas judiciales del procedimiento.