Cuando se trata de alquilar una casa, el mejor seguro de protección de alquileres es conseguir al inquilino ideal. Esto no sólo implica que pague la renta cada mes, sino que además es fundamental que se preocupe por el estado de la vivienda y realice las tareas de limpieza y mantenimiento propias de un hogar.
El perfil de arrendatario perfecto también implica que ante cualquier desperfecto, avise inmediatamente al propietario para subsanarlo y evitar que derive en consecuencias mayores. En este último caso, un seguro de hogar es la medida más eficaz para devolver la normalidad al inmueble en gran parte de los problemas que aparecen frecuentemente en las viviendas.
Si no se tiene la oportunidad de alquilar la casa a una persona conocida de confianza, las dudas sobre quién habitará la misma no tardan en aparecer. Aunque en definitiva este tipo de decisiones son una forma de obtener unos ingresos extras, el riesgo de ofrecer el inmueble a un desconocido conlleva una serie de riesgos que pueden ir desde el impago de las rentas hasta el destrozo del mobiliario o de la estructura. En muchas ocasiones, el hecho de especificar en el contrato ciertas restricciones y obligaciones no siempre funciona como prevención de algunos percances.
Seguro de protección de alquileres, ¿sí o no?
Para no correr riesgos innecesarios, con una póliza de este tipo es posible tener garantizado el percibo de las mensualidades del alquiler, así como beneficiarse de otras garantías que aportan una gran tranquilidad cuando tiene lugar el arrendamiento a una persona desconocida. No obstante, recuerda seguir estos consejos para encontrar un buen inquilino y evitar tener que recurrir a un seguro de protección de alquileres:
- Es recomendable publicar un anuncio lo más completo posible. De esta forma, las personas que estén interesadas pueden conocer previamente todas las condiciones del alquiler y el estado del inmueble.
- Comprobar la solvencia económica del inquilino, así como la estabilidad laboral es crucial para tener asegurado el pago de las rentas. Así, un trabajo con contrato indefinido o con una cierta antigüedad en la empresa suelen ser un indicio de garantía.
- En la actualidad, es bastante común solicitar un aval bancario, aunque este requisito puede ser un obstáculo para encontrar un buen arrendatario. En su lugar, se puede solicitar el pago de un mes adicional al de fianza.
- Si la persona interesada en alquilar la casa ya ha ocupado otras anteriormente, una buena manera de saber cómo es su comportamiento consiste en pedir referencias a los antiguos caseros.
- En el momento de enseñar la vivienda, es interesante formular algunas preguntas al posible arrendatario para intentar descubrir algo más sobre su personalidad. En este sentido, las primeras impresiones también son determinantes a la hora de elegir entre dos solicitantes.
- Para encontrar un buen inquilino también es importante que el estado del piso responda a las características que se desean en la persona que lo alquilará. Esto significa que la vivienda debe ser habitable y ofrecer todas las comodidades dignas de una casa.
- El propietario debe cumplir con sus obligaciones legales, ya que de esta forma será más sencillo conseguir que el arrendatario haga lo mismo con las suyas.
- En otro supuesto se puede solicitar ayuda profesional por parte de una inmobiliaria. Contratando este tipo de servicio es posible encontrar una persona que se amolde a las características deseadas.