Por lo tanto, la decisión de realizar una escapada mientras se sufre una enfermedad o cualquier dolencia dependerá de la gravedad de la misma. En algunos casos, como por ejemplo una depresión o ansiedad, planificar un viaje puede ser incluso beneficioso para la mejoría de la persona. Sin embargo, en otros supuestos como pueden ser una lesión que impida caminar o realizar tareas con las manos, lo más recomendable es no realizar ningún desplazamiento para no agravar la situación.
Es importante tener en cuenta que cuando un trabajador está de baja, su objetivo es utilizar todos los medios a su alcance para conseguir una pronta recuperación. En este sentido, no sólo es aconsejable hacer reposo en casa, sino que también constituyen una obligación las visitas a los centros sanitarios para recibir el tratamiento necesario o valorar el proceso de mejora.
Recomendaciones para poder viajar estando de baja sin consecuencias
Así, teniendo esto en cuenta, el paciente puede viajar estando de baja siempre bajo su propia responsabilidad y en el supuesto de que no esté contraindicado por un profesional médico. A pesar de ello, también es recomendable solicitar una autorización por parte del médico que esté realizando el seguimiento de la dolencia.
El informe que remita el facultativo también sirve como un documento acreditativo que se debe presentar en los centros de inspección médica para cambiar las citas que puedan coincidir durante los días del periplo. No obstante, a pesar de obtener este permiso, el trabajador debe comprometerse a no realizar ninguna actividad que empeore su situación, así como a acudir a las citaciones que establezca el centro sanitario o las mutuas colaboradoras a la vuelta.
En última instancia, es aconsejable no tomar la decisión por cuenta propia de si es posible viajar durante una incapacidad temporal, sino que debe ser el médico quien aconseje realizar o no cualquier tipo de desplazamiento. Además de las consecuencias que ello puede tener desde el punto de vista de la prestación, también puede causar graves efectos en la salud si no se respetan las indicaciones de los profesionales sanitarios.
Por último, es interesante apuntar a la hora de organizar este tipo de viajes que el Instituto Nacional de la Seguridad Social no está obligado a omitir las citas durante los días que el trabajador esté ausente, aunque este requerimiento por parte del organismo público se debe hacer con una antelación mínima de 4 días hábiles. De esta forma, es posible realizar una escapada a un lugar que no esté excesivamente lejos del domicilio para acudir rápidamente en caso de producirse una notificación de revisión.