La situación de tener que devolver un recibo (luz, gas, teléfono…) siempre es incómoda. Surgen dudas sobre cómo hacerlo, en qué casos se puede realizar la gestión y qué plazos debemos cumplir.
A continuación, detallamos el procedimiento a seguir para realizar este tipo de trámites.
¿Qué recibos se pueden devolver?
Cualquier persona puede devolver un recibo de la luz, el gas o el teléfono si no está de acuerdo con la cuantía o las condiciones, salvo aquellos que correspondan a comisiones o cuotas de préstamos bancarios (si los cargos son correctos). Se devuelve la cuantía total, tanto si el recibo está domiciliado, como si no.
Si una empresa nos ha cargado un recibo en cuenta y queremos devolverlo, estamos en nuestro derecho. Además, podemos solicitar a nuestra entidad financiera que deje de abonar futuros recibos a esta empresa ordenante si así lo deseamos.
Resulta muy recomendable, por tanto, revisar de forma periódica los movimientos de la cuenta bancaria. Además, el mercado ofrece diversas opciones, como los seguros de defensa jurídica de MAPFRE, que nos ofrecen protección jurídica y penal.
¿Qué plazos debemos cumplir?
Los plazos para la devolución de recibos están fijados por Ley. Si están domiciliados y se cuenta con autorización, el titular de la cuenta tiene un máximo de ocho semanas -o 50 días- para devolverlo o rechazarlo.
En el caso de recibos no autorizados, el plazo para presentar alegaciones o solicitar la devolución de los mismos asciende a 13 meses desde que se realizó el cargo.
Cuando se solicita la devolución del recibo, pueden suceder dos cosas:
- Que el banco apruebe la devolución y se devuelva la cantidad total.
- Que el banco se niegue a aceptar la devolución y se deban iniciar los trámites a nivel judicial o extrajudicial.
- Una vez aceptada la devolución del recibo, el banco devuelve el importe íntegro en un máximo de 10 días laborables.
¿Qué requisitos tiene la devolución de recibos?
Además de los plazos, la devolución de recibos debe cumplir otra serie de condiciones para que sea aceptada:
- Que la compañía no haya especificado el precio correcto del servicio cuando el cliente lo aprobó. Por ejemplo, es el caso de los recibos de compañías telefónicas en los que se añaden conceptos no especificados en los contratos.
- El cobro supera lo que el cliente esperaba y la empresa no justifica este incremento de tarifa. Es el caso, por ejemplo, de aquellas facturas de gas en las que la empresa se ha equivocado e incluido conceptos no contratados.
¿Qué consecuencias tiene devolver recibos?
La devolución de un recibo puede provocar que la empresa incluya al cliente en un listado de morosos como el de ASNEF. Este tipo de registros impide el acceso a créditos bancarios y, para salir de ellos, el perjudicado deberá presentar pruebas documentales que prueben que no se ha contraído deuda alguna con la empresa denunciante.
Borja Carrascosa Nogales
Consultor y MBA por IE Business School
Colaborador de MAPFRE