Lo único inevitable de la vida es la muerte; es ley de vida y aunque se trate de un tema escabroso, es preciso aceptar la realidad y preocuparnos por los aspectos prácticos que rodean este momento. Como ya sabemos, el coste de morirse es bastante alto, por lo que conviene ser precavidos y contratar la modalidad de un seguro de decesos que mejor encaje con nuestras necesidades.
Con este tipo de pólizas podemos ir pagando poco a poco o de la forma que elijamos los gastos funerarios para evitar que nuestros familiares tengan que pagarlo de una sola vez cuando ocurra el fallecimiento.
Además, con un seguro de decesos se pueden planificar previamente todos los detalles del funeral para que la familia no tenga que tomar ciertas decisiones en un momento tan doloroso. Así, el asegurado, a través de su póliza de decesos, puede elegir entre incineración o inhumación, nicho o sepultura, elegir el cementerio donde desea ser enterrado, etc.
Este tipo de seguros también cubre otros gastos que en el caso de que el fallecido no tuviera contratada una póliza, las personas más cercanas tendrían que correr con ellos (servicio de tanatorio, traslados nacionales o internacionales si el fallecimiento ocurre en un sitio diferente al de origen, tramitación de documentos por fallecimiento o gastos extraordinarios de médicos, entre otros).
En función del seguro que se haya contratado y de la política de la compañía aseguradora, puede darse la posibilidad de que, si el coste del sepelio ha sido inferior al capital asegurado, la diferencia se devuelve a la familia.
Otras ventajas de un seguro de decesos
Además de las coberturas básicas que incluye un seguro de decesos, en la actualidad, tanto quienes suscriben estas pólizas como sus familiares se pueden beneficiar de otras ventajas adicionales:
- Atención psicológica para la familia después del fallecimiento.
- Servicio de asistencia jurídica y coordinación de las prestaciones a las que tengan derecho los familiares.
- Asistencia en viaje para el asegurado, así como para el desplazamiento de algún familiar.
- Cobertura por fallecimiento en accidente, invalidez permanente, gran invalidez y en algunos casos, los gastos de cirugía estética para reparar los daños ocasionados por el siniestro.
- Indemnización por hospitalización.
- Asistencia post-hospitalaria con teleasistencia, personal doméstico e incluso docente según sea necesario.
- Posibilidad de recurrir a un segundo diagnóstico.
- Servicio bucodental.
Conociendo todas las garantías que puede ofrecer un seguro de decesos, conviene incluir en la póliza todos aquellos servicios para aportarle un valor añadido y poder beneficiarse de ellos durante los años de vida.
En cualquier caso, el motivo más importante para contar con una póliza de estas características es el económico. Como hemos comentado antes, morir supone una serie de gastos que, por norma general, son bastante altos, aunque varían según el lugar donde se produzca el fallecimiento y el tipo de sepelio que el difunto quisiera tener o la familia desea darle.
Dado que cualquier persona puede contratar un seguro de decesos, conviene ser previsor y valorar la situación económica de la familia para decantarse por una modalidad u otra. Estas pólizas no sólo se pueden contratar de manera individual, sino que las compañías aseguradoras también ofrecen la posibilidad de incluir en la misma póliza a todos los miembros de la familia.