Las primas de los seguros de decesos, en general, se calculan en base a dos variables: la edad del titular y el capital contratado. En el caso, del seguro de decesos a partir de los 65 años se pueden dar diferentes condiciones y circunstancias que dependen de la compañía de seguros que se contrate y del tipo de producto de decesos firmado por el titular.
Los seguros de decesos a partir de 65 años y en general, toda póliza de decesos, se pagan en función de uno de estos tres tipos de primas:
- La prima nivelada.
La cuota que se va a pagar a lo largo de todo la vida del titular, se calcula en el momento de la contratación teniendo en cuenta la edad actuarial del asegurado. Como es lógico, a más edad, mayor será la prima a pagar porque mayor serán las posibilidades de fallecimiento. - La prima natural.
Es la prima que crece, según aumenta la edad del asegurado y, por tanto, el riesgo de fallecimiento. Es una prima que se revisa anualmente y que responde a la evolución también, por lo general, del poder adquisitivo del asegurado. - La prima mixta o prima seminatural.
Este tipo de prima es una mezcla de las dos anteriores. De tal manera, que la prima no es constante, pero se suele revisar cada cierto número de años, habitualmente cada cinco, en lugar de hacerse cada año. Además, cuando el titular del seguro de decesos llega a cierta edad –alrededor de los 75 años- la cuota a pagar se estabiliza y se vuelve fija.
Cuando el asegurado cumple 65 años o contrata directamente la póliza de decesos con esta edad o a partir de la misma, las condiciones de cada una de estas primas pueden variar en función de las condiciones del producto, el capital contratado y las diferentes compañías que siempre buscan ofrecer el seguro de decesos más completo y ajustado a las necesidades del asegurado.
De acuerdo con la evolución del poder adquisitivo de una persona en circunstancias normales, lo idóneo es contar con una prima natural que vaya creciendo a lo largo de la vida activa del asegurado y que en el momento de la jubilación se quede estable. El seguro de decesos ideal a partir de los 65 años debería incluir, por tanto, una prima nivelada.