En el mercado se puede encontrar una gran variedad de remolques para embarcaciones que se ajustan a la perfección a cualquier tipo, ya sea una moto de agua, un bote pequeño, un modelo náutico o un barco de mayor tamaño.
Estos remolques constituyen una estructura que está conformada por un soporte, sobre el cual se coloca la embarcación, junto con unas ruedas para moverse fácilmente y otra serie de elementos que permiten el acople a un coche o cualquier otro vehículo motorizado para realizar el transporte de forma segura. Generalmente, este accesorio no necesita ser matriculado ni pasar la ITV, excepto en aquellos modelos que sobrepasen los 750 kilos de Masa Máxima Autorizada (MMA).
Los remolques para embarcaciones son una alternativa idónea para quienes no cuenten con una estación fija en un amarre o en un puerto. En el caso de que sea necesario guardar el barco en un garaje o en cualquier otro punto en tierra, es preciso contar con un arrastre para poder transportarlo sin problemas desde el agua hasta el punto concreto y viceversa.
¿Cómo elegir un remolque para embarcaciones?
Al igual que la elección de un barco debe responder a las necesidades particulares de su propietario, en el caso de los remolques para embarcaciones sucede lo mismo. Entre los principales puntos que conviene observar antes de realizar la adquisición se encuentran los materiales y fundamentalmente, las características del enganche al vehículo que se vaya a utilizar como base. Conviene que el enganche sea compatible con el del coche para que encaje a la perfección. En caso de que no fuera así, se debe utilizar un adaptador para utilizar el remolque con total seguridad.
Aunque en la actualidad es posible encontrar remolques para embarcaciones que responden a unos requisitos estándar, no es aconsejable decantarse por esta opción, ya que puede ocurrir que no se ajuste al tamaño y peso del barco. Es preferible elegir un modelo cuyas características se amolden a la estructura y los materiales de la embarcación con el objetivo de trasladarla donde sea necesario cómodamente.
Así, es importante considerar el peso que tendrá que soportar el remolque. Para ello se debe calcular el total del barco más los accesorios que lleve y sumar un 10% más para transportarlo sin ningún sobresalto. En esta estimación también se deben tener en cuenta las medidas de la embarcación que además de adecuarse a los límites de la misma, por ley también se establecen unas dimensiones máximas que no pueden exceder de 2,55 metros de ancho por 12 metros de longitud y 4 metros de altura.
En la elección del remolque conviene atender a la capacidad del vehículo que deberá tirar de todo el conjunto. Para ello es indispensable consultar el manual de instrucciones del coche para confirmar el dato de capacidad de remolque. Para no comprometer la seguridad durante los desplazamientos del barco es importante intentar no sobrepasar el 85% de lo que indique el fabricante.
Por último, una vez que se ha elegido el remolque para la embarcación, conviene poner en práctica algunos consejos para proceder a la carga. Es importante actuar con el máximo cuidado para evitar que un despiste derive en un problema importante. Se deben comprobar los apoyos para cerciorarse de que el peso del barco está distribuido por toda la superficie, así como quitar cualquier objeto superfluo para reducir el peso. Los elementos imprescindibles se deben sujetar de forma correcta con el objetivo de que no se muevan durante el trayecto y además, verificar los enganches antes de emprender la marcha.
